
Decálogo del comprador de coches de segunda manoComprar un coche de segunda
mano puede ser una magnífica opción cuando se acaba de obtener el carné de conducir o, simplemente, cuando se quiere disponer de un vehículo de gama alta a un precio más económico. Marcas como Mercedes-Benz, Audi o BMWcuentan con excelentes representantes en el mercado de segunda mano que, a través de concesionarios oficiales o de particulares, ofrecen todas sus prestaciones y moderna tecnología a un precio sensiblemente inferior. Pero no todo el mercado queda absorbido por el segmento superior del mercado automovilístico. Muy al contrario, la clase media y la gama baja también tienen un amplio espacio. Modelos de SEAT, Renault, Peugeot, Ford, Hyundai, Chevrolet... pueden ser adquiridos con plenas garantías a muy buenos precios y obtener de ellos un excelente rendimiento. Precios que pueden oscilar desde unos pocos miles de euros hasta cifras de cuatro ceros. Por ello, para que la inversión sea lo más adecuada posible, conviene tener en cuenta ciertos detalles a la hora de decidirse por un coche de segunda mano, ya sea comprándolo en un concesionario oficial o una tienda o entre particulares. La primera regla del comprador de un coche de segunda mano es observar su aspecto exterior. El coche no debe de tener arañazos, raspaduras en la pintura, abolladuras o golpes. Igualmente, faros, molduras, paragolpes, espejos, placas de matrícula, cristales o carrocería deben carecer de roturas o fisuras. También de forma visual se puede comprobar el estado de los neumáticos. No deben estar nunca desgastados ni agrietados y, en caso contrario, conviene observar si el desgaste se ha producido por igual o las bandas de rodadura son desiguales. Si el neumático está desgastado más por un lado que por el otro puede indicar algún defecto en la suspensión, en el equilibrado de las ruedas o en el paralelo de los ejes. Cuestiones que pueden proceder de alguna reparación de gran calado realizada en el coche. Del mismo modo, la suspensión no puede producir ruidos metálicos anormales. Para comprobarlo, basta con apoyarse sobre el coche, junto a una rueda, y empujar hacia abajo. De esa forma, la suspensióntrabajara de forma habitual, es decir, comprimiéndose y extendiéndose y revelando cualquier defecto que pudiera tener. Una vez comprobado el exterior del coche, hay que detenerse en el estado y conservación de su interior. Los cinturones son uno de los elementos a comprobar. No sólo su estado, es decir, que las tiras estén perfectas y no presenten zonas en las que aparezcan deshilachadas o parcialmente rotas, sino que, además, responden perfectamente al tirar bruscamente de ellos, deteniendo la fuerza del tirón que es, evidentemente, su función. Junto al estado de los cinturones, se puede comprobar el de la tapicería, así como el movimiento normal de los asientos. Un vistazo bajo las alfombrillas, en busca de la carrocería, permitirá comprobar si se ha realizado alguna reparación de cierta importancia como consecuencia de algún accidente. Conviene sentarse en la posición del conductor y girar la llave para proceder al encendido. Se accede de tal modo al estado de los indicadores luminosos y es posible, además, comprobar si funcionan todas las luces y el claxon. También se aprecia el desgaste del volante y del pomo de la palanca de cambios. Con el motor encendido, se puede comprobar su sonido y si el par motor es regular. Al moverse los pistones, se pone en marcha todo el sistema de lubricación e hidráulico del coche, con lo cual será posible comprobar si existe algún tipo de fuga de aceite, anticongelante o líquido hidráulico, ya sea de los frenos como de la dirección asistida. También se debe desconfiar si el motor está excesivamente limpio. No son pocos los que, a la hora de vender su coche, proceden al petroleado del motor que no sólo permite ocultar el tipo de cuidado y mantenimiento que se ha hecho del mismo, sino también fugas puntuales de aceite o de agua, e impedir el reconocimiento de piezas nuevas en el propulsor que indiquen la realización de una reparación reciente. En cualquier caso, todas estas comprobaciones se pueden realizar con mayores garantías si se está acompañado por un experto en mecánica, pues aunque el coche aparezca reluciente por fuera, sobre todo si se trata de un coche de lujo (Mercedes, Porsche, Audi, BMW...), puede ocultar graves defectos en su interior. Y tampoco está de más intentar averiguar cuál es la historia del vehículo y, sobre todo, que está libre de cualquier tipo de carga o gravamen, como, por ejemplo, las multas. |